miércoles, 28 de enero de 2009

El suministro eléctrico se corta como precaución

Una disposición que ha ayudado a disminuir las víctimas en los últimos años ha sido la de interrumpir preventivamente el suministro eléctrico ante el paso de algún fenómeno de este tipo. Así, los cables eléctricos que puedan caer a consecuencia de los fuertes vientos no constituyen un peligro mortal para aquellos que, por uno u otro motivo, se aventuran a salir durante la tormenta o inmediatamente después. La poda de árboles durante los meses que dura la temporada ciclónica es otra de las medidas que minimiza los riesgos de accidentes.
Muy importantes también son las precauciones que cada cual puede tomar en su entorno, y que son recordadas una y otra vez por medios de comunicación. Así, todos saben que se deben recoger los objetos que puedan salir volando y que, en algunos casos, pueden ser incluso bastante pesados. Hay una foto famosa de una palma atravesada por un raíl de ferrocarril durante uno de los grandes huracanes, por lo que la fuerza del viento no debe subestimarse nunca. No salir a la calle, reforzar ventanas, pegar cinta adhesiva a los cristales, desatascar sumideros y otros detalles como estos ayudan a evitar males mayores. La experiencia y la necesidad hacen también aguzar el ingenio. No hace mucho, a alguien se le ocurrió cubrir con pesados sacos de arena el tejado de su casa y evitar así que fuera arrancado por el viento. El método probó ser bastante efectivo y desde entonces muchos lo aplican.
La reconstrucción
Los que, a pesar de todo, pierden sus casas pueden contar con el apoyo del Estado, que garantiza en muchos casos al menos los materiales mínimos para que nadie quede a la intemperie. No es siempre una respuesta a largo plazo, que debería incluir la construcción de edificaciones más sólidas (algo difícil para la economía del cubano), pero, al menos, es una solución.
De todos modos, el cambio climático parece ser el responsable de que cada vez sean más abundantes y mortíferos los huracanes y se hace difícil predecir el daño que pueden causar. Siempre hay posibilidades de que surjan víctimas mortales. Las pérdidas son incontables, tanto a escala estatal como en la economía familiar. En un país como Cuba, donde conseguir bienes básicos se torna tarea harto complicada, puede ser una gran tragedia perder la nevera, la tele, la cama y hasta la ropa, pues se tarda años en recuperarse. Pero muchos, como Marcela, piensan que «lo demás viene y va, yo lo que quiero, al menos, es ver a mis hijos y nietos sanos».

- Pues continuando con el tema de ayer.. aqui tenemos más! Que bien le vendría a fenosa tomar unas anotaciones de sitios así, no ?? O acaso el temporal de estos dias fue tan fantástico como que la gente sigue a día de hoy sin luz y desde el viernes ? Creo que habría mucho que plantearse!! Después "no" somos tercermundistas..

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